martes, enero 10, 2006

Maestros Sobrecargados Anónimos

Como parte de mi maestría en tecnología educativa, me pidieron documentar cada semana de trabajo en la escuela en un diario (journal). Como ya lo entregué, he decidido publicar lo que reflexioné durante la semana 9 por si se ve retratado en este asunto.

Semana 9:
"Debo admitir que me estoy agotando a pasos agigantados. Estoy sobre cargada de trabajo. Tengo 2 proyectos nuevos sobre mis hombros (la revista escolar y la clase de ciencia integrada)
Soy maestra coordinadora y adiestradora del movimiento educativo Escuela Digital el cual me requiere una gran responsabilidad con el grupo de maestros al que atiendo. Para completar, soy maestra coordinadora del proyecto Vive las Artes en la Educación, que se encuentra en su última fase donde estamos elaborando como proyecto final una unidad interdisciplinaria de arte. Además, pertenezco al grupo de los Exploradores del Aprendizaje de Computer Learning. Y, claro, la maestría con todo lo que ésta implica. Menos mal que me gusta escribir journals por que me quitan (¿o me da?) stress. Todas estas cosas me requieren entrega de trabajos con fechas específicas así que he aprendido a dividir mi tiempo para darles un poquito a cada uno y a mi familia. Obviamente el tiempo casi no alcanza. Me quedo después de las 3:00 en la escuela para terminar las cosas que me faltaron por hacer durante el día.
Es que cuando tengo mi tiempo “libre” me pasan miles de cosas. La directora siempre tiene algo para consultarme o pedir ayuda. Lo mismo con los demás compañeros, siempre me consultan cómo se hace esto o lo otro. (no me molesta, quiero señalar) Además, mi tiempo libre es la hora de uso libre del laboratorio de computadoras y aquello se convierte en un ciber café. Los estudiantes pueden utilizar las computadoras libre mente para estudiar o divertirse y aunque ellos saben lo que van a hacer, algunos necesitan de mi asistencia para tareas especiales o para el “troubleshooting” que nunca falla. Lo que significa que en mi tiempo libre es muy poco lo que puedo hacer y cuando dispongo de algún ratito, lo dedico a preparar la clase de ciencia que requiere mucho esfuerzo y organización. La parte positiva de esto es que les creo a los demás maestros de las otras escuelas cuando dicen que integrar la tecnología no es nada fácil.
Nadie ha dicho que lo sea. Me consta en carne propia. Preparar una clase integradora con la tecnología requiere el doble o hasta el triple de preparación que en una clase “tradicional”. Tienes que convertirte en diseñador y practicar los resultados antes de ponerlos en función. Tienes que jugar mucho con la planificación, la distribución del tiempo, dominar muchos recursos a la vez, lidiar con los problemas en el camino, con las situaciones personales de cada estudiante y encima de eso preparar un plan B ya que no debemos confiar nuestra clase a la tecnología. Cuando algo falla no nos podemos quedar mirándonos el dedo gordo. Hay que actuar.
Una maestra me comentó que su plan B era más o menos así: – “ok chicos, abran las libretas que les voy a dictar” –ahhhh melodías para mis oídos – pensé jeje. En serio. Eso suena cómodo pero los maestros que nos gusta esta cuestión nos resulta difícil dar nuestras clases así (además creo que dictar es algo tan tediosooo...)
De todas maneras, sería interesante hacer un estudio de cuántos maestros están iguales o peores que yo. Sé que son muchos porque a pesar de todo esto nos gusta y nos llena de satisfacción pero quien quita que hasta podríamos hacer un grupo de apoyo de maestros sobrecargados anónimos."
Journal – Sandra Vega - fall 2005

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